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domingo, 14 de enero de 2024

Ruta de la Plata: Calzadilla de los Barros

     Con motivo de un tuit acerca del retablo de la iglesia de Calzadilla de los Barros, me he acordado de un cuadro que pinté de mi serie sobre la Ruta de la Plata, la Nacional 630, que durante siete años recorrí muy a menudo, desde Sevilla a Los Santos de Maimona, y luego desde Monesterio a Sevilla. Cuando comencé la serie, empleé pan de plata para la representación simbólica del nombre con el que se le conocía, debido a la plata enviada por los conquistadores extremeños a sus localidades de nacimiento y a sus familias.

    Como muchos hacemos, reutilicé un táblex en el que había pitado un cuadro con temple al huevo para la asignatura de Procedimiento Pictórico de 3º de BBAA. La verdad es que no estaba nada contento con el resultado, y ya que lo tenía por ahí, lo más rápido fue darle una capa de ocre, y empezar a pitar en la superficie, dejando partes como si de un cuadro abstracto se tratara, y pegándole papel, arrancando y dibujando con lápiz en los trozos que se quedaron pegados, y pintando con óleo la superficie de la madera. 

    Muchos fines de semana, los que no veníamos a ver a la familia a Sevilla, nos íbamos al cine a Zafra, y pasábamos por Calzadilla. En unos de esos viajes, paré en el arcén, hice una foto y este fue el resultado que mostré en el cuadro:


    

Ruta de la Plata:  Calzadilla de los  Barros

Técnica mixta: Óleo,  pan de plata y  lápiz de grafito  sobre papel y táblex
60 x 89 cm.





martes, 4 de enero de 2022

C/ Don Pedro Niño

 ¿Hay algún nombre más paradójico que este para una calle? Un niño tratado como Don. Eso es lo que más me llamó la atención de esta calle. Y como siempre, la convivencia de señalética actual junto con restos de la Sevilla antigua, una columna salomónica junto con una moderna señal de prohibido el paso. Además, la persistencia de una baldosa cerámica que hay en algunas esquinas, y que marcaba la ordenación urbanística de finales del XVIII.


     Curiosamente la baldosa hace referencia a una calle que se llama Viejos, por la existencia de la primera residencia de ancianos que hubo en el mundo y que, como no, tuvo su lugar en Sevilla, en el edificio que aparece en primer término. Esta baldosa aparece con un marco, a diferencia de otras que recorren el casco urbano sevillano. Yo la dejé desdibujada, sin terminar. Y en su ubicación original estaba más a la derecha, la desplacé a la izquierda para que entrase en el cuadro.


         Otra singularidad es el edificio que aparece en penumbra a la izquierda, con ese poderoso balcón con una balaustrada de piedra, y que era una librería de viejo, es decir, de segunda mano, y que fue sede, creo, de una revista literaria.

           Esta calle la veía todos los días cuando iba a la Facultad de Bellas Artes, hasta que, ya terminado mis estudios, me decidí a pintarla al óleo, y dejé, a blanco y negro la columna, dándole color, sobre una base de Tierra de Sombra Tostada, a la calle, dejando partes sin acabar, desdibujadas, apenas esbozadas, jugando con el fondo.

            El cuadro estuvo expuesto en el patio del Museo de Bellas Artes de Sevilla, seleccionado en el VIII Concurso de pintura Gustavo Bacarisas. Ahora está en una colección particular en Santander

       

martes, 28 de diciembre de 2021

El torero y la plaza (Homenaje)

      El último cuadro que terminé en mi último año de la carrera, hacia abril de 1993, fue el que titulé: "El torero y la plaza (Homenaje)", y que pinté siguiendo la técnica que había iniciado con el del Viejo y la fruta, es decir, una técnica  mixta, con papel pegado y arrancado sobre el que dibujé el retrato de Juan Belmonte, y en la tela, con temple vinílico, una vista de la portada de La Maestranza. Digo que es el último que terminé, porque una vez lo acabé comencé otro cuadro que no llegué a terminar, y que lo retomé años después y que en otra entrada comentaré.

     Las medidas del cuadro son 130 x 97 cm, las mismas que mi cuadro manifiesto, y lo hice con la intención de presentarlo al concurso de pintura que organizaba la propia Maestranza de Caballería. La obra no fue elegida en esa ocasión, sin embargo, la presenté a otros concursos en los que sí que fue escogida.

 


       La historia del cuadro, porque todo cuadro tiene una historia, es sencilla. La materia era Creación pictórica, y ya había pintado el cuadro del Viejo y la fruta, buscaba otro motivo que pintar, y entonces surgió la idea de pintar un cuadro que presentar al concurso de la Maestranza de Caballería. Siempre me había gustado la portada barroca de la plaza, así que fui una tarde y le hice fotos, varias y de distintos ángulos. Luego, siguiendo la línea del cuadro anteriormente mencionado, quería poner un retrato, en primer término, de un torero, y es entonces cuando buscando fotos y cuadros antiguos doy con el cuadro que Zuloaga pintó de Juan Belmonte, y algún boceto que hizo previamente. 


      Como sólo quería un primer plano, y sin la montera apenas se relacionaría con un torero, le pedí a un compañero de clase, Álvaro Heras, muy aficionado a los toros, que me dibujara cómo eran las monteras de aquella época, me la dibujó en una hoja y de allí la copié para superponerla al retrato que ya tenía abocetado. Con barras de grafito 6B le di consistencia a la montera, trabajé con grafito el retrato encima de la vista de la Maestranza que había previamente pintado. 

     El cuadro ha estado expuesto en distintas poblaciones y en diversos concursos:
En 1994 en el XV concurso de pintura Villa de Montellano, y posteriormente en el 2002 en el I Premio de Pintura taurina EOI- Aula Bienvenida, Madrid.

     También lo tengo en venta en la web artquid, en la siguiente dirección: https://es.artquid.com/artwork/95220/el-torero-y-la-plaza-homenaje.html


viernes, 1 de marzo de 2019

SILENCIO






    En 1989 cursaba 2º de Bellas Artes, en la materia de Dibujo del Natural, se nos pidió un dibujo en el que se mostrase un concepto abstracto utilizando la figura humana. Entonces, después de buscar la inspiración, porque existir, existe, como decía Picasso "la inspiración te tiene que pillar trabajando", y como yo le digo a mis alumnos, "la inspiración es algo activo, hay que buscarla, no esperar a que venga". Pues me puse a buscar, y encontré una escultura de Joan Rebull, de 1927, que se llamaba "Gitaneta", y ahí estaba mi modelo. 


     La interpreté, cogí un papel gris Canson, y con pasteles fui dibujando ese desnudo adolescente, de mirada perdida, profunda, de labios prietos, lineales, que transmitía la idea que quería: silencio, silencio gris, azul, un poco blanquecino. Oscurecí los bordes como una fotografía antigua, ennegrecida por el bromuro de plata, porque el silencio es antiguo y profundo.


      En 1990 la expuse en Tocina, el pueblo natal de mis padres, junto con profesores de la Facultad como Juan Manuel Miñarro, Germán Pérez Vargas, Manuel Mazuecos, Carlos Ortiz de Villate y compañeros como Arturo Molina, Mª Belleda López Montero, y algunos más. La exposición se llamó "Diez artistas de la pintura y escultura contemporánea", un poco fuerte para algunos que sólo estábamos empezando, pero fue motivador exponer con profesores siendo un simple alumno de tercero.

    Posteriormente, esta obra la presenté a la XLII Exposición de Otoño de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, fue seleccionada y expuesta en el Convento de Santa Isabel, en 1994.

     A finales de 2014 surge el interés por esta obra de un cliente, abogado, para el que estaba pintando como un poseso, pero al final no se atrevió a colgarla en el bufete. Así que ahora que está tan de moda la polémica con la exposición de Baltus en el Museo Thyssen, y que el día 8 se celebra el día de la mujer, me he acordado de ella.

       Así que sigue esperando a que alguien se decida a colgarla en su casa.


domingo, 24 de abril de 2016

Virgen de la ventana

     Después de la experiencia de trabajar con el pan de oro en un mural que realizé en la iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios de Sevilla, y que en una próxima entrada comentaré, comenzé a pintar cuadros donde incluía esta técnica. Seguía con el arrancado del papel, añadí para entonces el arrancado y pegado de lienzos previamente preparados y montados en un bastidor.

    Este cuadro que hoy traigo aquí es el último de la serie de Vírgenes, y que pinté para mis amigos, para mis hermanos, Jose y Mariló, como regalo de bodas, con el deseo de que tengan presente en su matrimonio la entrega desinteresada de la Virgen, clave en el futuro de una pareja.

   Para llevar a cabo el cuadro tenía que empezar por encontrar unos modelos. Ese mismo año, unos compañeros de Instituto, Juan Carlos y Elena, habían tenido un hijo, Luis, guapísimo, rubio, parecía "un niño Jesús". Ya tenía el niño, para la virgen la dibujé a ella, rubia, pelo rizado, perfecta. Ya tenía a la virgen.

    Después tenía que buscar un entorno, y lo encontré viendo cuadros renacentistas, en especial de mi admirado Leonardo Da Vinci: "La virgen del clavel" la"Madonna Benois"; en estos utillizaban el recurso de abrir una ventana en la que se apreciaba ese paisaje rocoso recreado por Da Vinci.

   Quedé en su casa y le hice varias fotos, y después empezé con los bocetos del cuadro. Realizé uno de la Virgen a grafito:

Grafito sobre papel, 21 x 29.5 cm

   También hice varios al niño, a Luis, uno a sepia y otro a acuarela, ya que el niño lo iba a hacer con temple vinílico, la virgen era la que iba a grafito. El dibujo a sepia se lo regalé a Elena, puesto que sin su hijo no hubiese sido posible el cuadro.

   
              Sepia sobre papel 30 x 40 cm               Acuarela sobre papel 25.5 x 36.5 cm

   El cuadro definitivo lo llevé a cabo con técnica mixta: dibujé sobre la madera, DM con acabado de roble de 60 x 60 cm, pegué papel y lo arranqué, y con grafito fui trabajando el claroscuro, luego arranqué de un bastidor tela de lienzo que tenía preparada en tonos verdes, y pinté al niño, con temple a la cola, apliqué mixtión y pegué el pan de oro, pan de oro de 22 kilates. Por último, le di veladuras de óleo, y pulverizé con un aerógrafo bucal con óxido de hierro, tierra de siena tostada y un amarillo ocre.

Técnica mixta sobre madera, 60 x 60 cm

  Años después, este cuadro fue portada de una revista sociocultural, "El Unicornio",  que se edita en El Arahal (Sevilla), con la curiosa anécdota de que se equivocaron en mi nombre de pila, y me pusieron Daniel, en lugar de Enrique. Errata que subsanaron en el siguiente número. Seguidamente reproduzco dicha portada.



  Y hasta aquí esta entrada. Ya hacía mucho tiempo que no añadía ninguna. Espero no tardar tanto.





jueves, 16 de octubre de 2014

Ruta de la plata: Monesterio

     Siete años me llevé en Extremadura, viniendo dos veces en semana a Sevilla, recorriendo la Nacional 630, la llamada "Ruta de la plata". Tiempo atrás había pintado un mural y utilizado un pan de oro de 22 kilates. El uso del pan de oro de forma simbólica, como se hacía en el gótico, me dió la idea de utilizarlo, pero, en lugar de pan de oro, como la carretera recibía ese nombre, utilicé pan de plata. 

       Con este cuadro inicié una serie de obras que recogían los pueblos que cada dos días recorría en mi coche de Sevilla a Monesterio, y algunos que estaban camino a Zafra, ciudad que visitaba los fines de semana. De esta  forma realizé cuadros y dibujos de Santiponce, El Ronquillo, Santa Olalla del Cala, Fuente de Cantos y Calzadilla de los Barros, y que más adelante iremos viendo.

     Algunos de estas obras eran nocturnos y otras con una luz radiante de media tarde. En unas el horizonte estaba bajo y en otras, como en esta que nos ocupa, alto.

     Pues bien, el cuadro que hoy os traigo como véis en el título de la entrada, se titula "Ruta de la Plata: Monesterio", realizado en técnica mixta sobre DM, de 130 x 97 cm, era la vista que tenía desde mi aula de dibujo. Aunque no es una imagen fidedigna, ya que eliminé la gasolinera, de la cual sólo queda el cartel azul, y dupliqué alguna casa del fondo para dotar de mayor cuerpo la visión del pueblo, sí que da idea de la vista: la especie de paloma, creo que de bronce, que remataba una casa en fase de construcción, un edificio, que hoy ya está terminado pero que por entonces sólo estaba en los cimientos, "el Mallorca", un bar en el que desayunar, la iglesia del pueblo, con su tonalidad rojiza, las blancas casas de tejados a dos aguas, y la serpenteante carretera, que era la que daba vida al pueblo.


     Antes de realizarlo, como casi siempre, elaboré un boceto con gouache. En esta ocasión estaba más que justificado, ya que era el primero de la serie y todavía no tenía muy claro cómo lo iba a resolver. El boceto lo hice directamente sobre papel de acuarela, aunque el definitivo iba a realizarlo sobre DM con terminación de roble, para aprovechar el beteado de la madera.

    Como podéis apreciar, el boceto difiere un poco del definitivo:

     Mide 18 x 25 cm, y como ya he dicho lo realizé con gouache y grafito sobre papel de acuarela.

     Este cuadro fue seleccionado como obra finalista en el XVII Premio Internacional de Pintura "Eugenio Hermoso", de Fregenal de la Sierra, en 1999, uno de los más prestigosos concursos de pintura. Este cuadro fue escogido, junto con 28 obras más, de entre 171  enviadas desde distintos países de Europa y de Iberoamérica.


domingo, 24 de agosto de 2014

Mi primer premio: "Nocturno"

    El año 1996 fue desde luego mi año, apruebo las oposiciones de Educación  Secundaria, en Extremadura, y gano el Primer premio del IX Premio del Gustavo Bacarisas de pintura, organizado por el Ayuntamiento de Sevilla.

      El cuadro se llama "Nocturno", mide  130 x 81 cm, y lo realizé con temple a la cola sobre lienzo

     Desde hacía unos años me llamaba la atención las distintas señalizaciones urbanas que convivían en el centro de Sevilla, una columna salomónica junto con una señal de prohibido el paso, un azulejo conmemorativo junto al nombre de la calle, una rueda de molino junto con otra señal de tráfico, en fin, cómo conviven los diversos mobiliarios urbanos de épocas diferentes. Ya había pintado cuadros con este motivo.

     El concurso  de pintura era de carácter nacional, pero tenía que  tener como protagonista el casco antiguo de Sevilla, así que paseando por el barrio de Santa Cruz con mi cámara, buscaba calles qué pintar de noche, y allí estaba, en la calle Ximénez de Enciso, que la había pintado de día por el otro lado, así que hice una foto, sin flash y con  el trípode, y me sirvió de referencia. Yo no copio, sólo me sirve de motivo, cambio una ventana, quito un anuncio, una farola, todo aquello que no me interesa. Por lo que el color virado a verde de la foto, y las distintas modificaciones que la luz eléctrica produce en los colores fue lo que más me gustó.
    Luego, el azulejo recordatorio se encontraba fuera del encuadre de la foto, así como el nombre de la calle que cruzaba, desde la que hacía la foto, por lo que los acerqué para que entraran en el campo gráfico del cuadro, y a trabajar.

     Primero realizé un boceto con acuarela, tiñendo el papel de acuarela de verde, igual que iba a realizar el cuadro, y los blancos los saqué con gouache (témpera), mide 16.3 x 10.15 cm, y lo conservo en la entrada de mi casa, para recordar este primer premio, ya que el cuadro dejé de verlo el día de la exposición en el patio interior del Ayuntamiento de Sevilla.

    Después de esto, ya tenía todo el tiempo para pintar, claro, todo el tiempo que hasta entonces le había dedicado a las oposiciones, ya que estaba cumpliendo la Prestación Social Sustitutoria, y seguía dando clases extraescolares de dibujo y pintura en dos colegios de primaria, pero por fín me podría centrar en la pintura.
     
  Como siempre el tiempo se me estaba echando encima, tuve que secar el cuadro con secador, y con mi novia lo llevamos literalmente corriendo desde mi estudio en la Casa Grande de la Plaza del Pumarejo, por toda la calle Relator, hasta el final de la calle Calatrava, donde se encontraba la sede del distrito Casco Antiguo de Sevilla. Llegamos cinco minutos antes de que se terminara el plazo, de hecho, mi cuadro fue el penúltimo, el 105.

    Y menos mal, gané el Primer Premio, y después vino la entrevista en prensa. En la Prestación tenía un compañero que era periodista de cultura de El Correo de Andalucía, y yo de broma le decía que algún día me haría una entrevista, que era uno de los pintores con más futuro, y tonterías de esas, pero el caso es que cuando me comunican que me dan el premio, a los dos días recibo una llamada de este compañero, Pepe Iglesias, que ya había terminado su prestación y no nos veíamos desde hacía tiempo , y quería hacerme la entrevista, la verdad es que fue curioso. En la entrevista nombra al grupo Aquí no pasa nada, que hacía referencia a los compañeros que estábamos haciendo la prestación. A continuación reproduzco la entrevista:



    Cuando me llamaron para comunicarme el premio me dijeron que tenía que pasarme para firmar el cuadro, ya que se entregaba sin firmar, el jurado no sabe de quién es la obra que tienen delante. Posteriormente la entrega del premio y el inicio de la exposición, que en esta ocasión fue en el patio del ayuntamiento. El premio lo entregó la alcaldesa de Sevilla en ese momento: Soledad Becerril.  Fue la última vez que vi mi cuadro.
    Y esta es la historia de mi Primer Premio de pintura.